Mi columna “Cómo entender el síndrome del corazón partío” fue todo un éxito. No me extraña ya que es un tema con el que todos nos identificamos. A través de la vida nos rompen (y rompemos) tantos corazones que a veces se pierde la cuenta.
Lo que nunca se olvida es lo que se siente cuando a uno se lo rompen. Se siente horrible…¡como tortura china! Tal vez por eso muchos de ustedes me preguntaron cuál ha sido mi fórmula para salir del hoyo emocional que queda cuando es a nosotros a quienes nos dejan.
Después del divorcio de mis padres, el divorcio del papá de mis hijos fue lo más duro que me ha tocado vivir. Me dejó por otra mujer y me quedé con el corazón roto y tres chiquitos prácticamente en pañales.

Adrián, Julián y Lara eran muy pequeños cuando me separé de su papá.
Cuando uno está pasando por una prueba como esta sólo tiene ánimo para meterse en la cama con las luces apagadas y no ver a nadie. Sin embargo yo no podía darme ese lujo de "encuevarme" a llorar mis penas porque todos los días tenía que presentarme en mi programa de televisión, en vivo, ante millones de personas. Pocos saben cuánto esfuerzo tuve que hacer para que el dolor no se reflejara en mi cara cuando se prendían las cámaras. Justo antes de comenzar sentía que los músculos de mi cara se contraían de la angustia. Pero en cierta forma ese fue mi salvavidas. Me tenía que enfocar tanto en mi show que al menos durante una hora lo olvidaba todo. Hacer el esfuerzo de concentrarme en mi trabajo me ayudó mucho a superar esa etapa.
Siempre que hablo con personas que están sufriendo ese período tan difícil de una separación les sugiero que hagan lo mismo, que se empujen, que saquen fuerzas de donde parece que no las tienen y que se levanten de esa cama. Quedarse mirando el techo y lamentándose sólo prolonga la congoja, el sentimiento de pérdida y la auto-lástima.
En medio del despecho creemos que ese dolor físico que nos provoca el desamor nunca va a terminar. Quisiéramos un mensaje divino que al menos nos revele la fecha en que concluirá esa agonía, pero eso sólo se alivia con el pasar del tiempo. ¡Lo importante es tener el convencimiento de que ese día llegará! Porque llega….
Los amigos también son pieza clave en el proceso de recuperación porque te recuerdan la valiosa persona que eres y la rata de dos patas que sigue siendo tu ex. Te escuchan y te hacen sentir bien. Pero si uno no pone de su parte hasta las amistades se cansan de escuchar la misma cantaleta.
Recuerdo un corazón "partío" que me llevó a buscar ayuda profesional porque ya mis amigas, que tanto me apoyaron, no aguantaban escuchar más mis ataques de nostalgia. En esa ocasión el terapeuta me dio varios consejos que al día de hoy le he pasado con éxito a mis amistades cuando les han roto el corazón.
Aquí se los enumero:
Hay que apagar la música. Durante la crisis las canciones románticas están prohibidas. El paciente con el corazón roto se va a identificar con estas canciones idealizando a su ex y a la relación que tuvieron. Y si son melodías tipo corta venas, eso empeora el asunto.
Tampoco se deben comer chocolates ni ingerir cafeína porque está comprobado que eso, a la larga, provoca más ansiedad. Eso es lo menos que necesita un despechado ansioso por correr al lado de su ex para suplicarle que vuelva.
Es bueno hacer una lista de las cosas de tu expareja que no soportabas y si incluyes anécdotas mejor-eso evita que la idealices- como suele suceder cuando es a ti a quien dejan. Te abre los ojos a la realidad.
Escribe todo lo que le quieras decir a tu ex. Sácate de adentro todito lo que tienes guardado y desahógate. ¡Pero no se te ocurra enviarlo! Deja que pasen par de semanas y es muy probable que cuando lo vuelvas a leer te des cuenta de cuan patético e innecesario es lo que tenías tanta necesidad de decirle.
Hay un consejo adicional que le di a una amiga del alma y le fue muy efectivo. Como saben cuando a uno lo dejan inicialmente es muy difícil pensar en otra cosa. Uno se atormenta tratando de descifrar cómo y cuándo se empezó a deshacer la relación, pensando cómo uno lo pudo haber evitado, dónde uno falló y cómo recuperar a la pareja que se fue. Los llaman pensamientos recurrentes porque invaden el cerebro y son parte del proceso.
¿Mi consejo? Lo que le dije a mi amiga. Date permiso para darle vueltas a la situación en tu cabeza por períodos limitados con la ayuda del reloj.
Empieza permitiéndote medía hora y cuando suene la alarma obligate a cambiar el canal y a hacer algo que te desconecte. Al día siguiente bájalo a 20 minutos de obsesión y 40 de distracción. Continúa así, bajándole hasta que tus pensamientos se nivelen. La mente es muy poderosa y puede ser nuestra mejor aliada o nuestra peor enemiga. Aprende a manejarla, no a que te maneje.
Por último, hay que buscarle lo positivo a la tristeza. Cuando nos rompen el corazón nos podemos sentir “muertos en vida” cuando en realidad es cuando más vivos estamos. Es en ese momento en que mejor podemos desarrollar nuestra parte artística-¿acaso no se han escrito innumerables poesías en medio del desamor? ¿Cuántos pintores no han plasmado en sus lienzos obras maestras inspiradas en amores imposibles que los dejaron por el piso? Cuando sufrimos es cuando más presentes estamos.
Cuando nos vuelven a romper el corazón ayuda mucho recordar que ya sobrevivimos una situación similar con anterioridad. Ayuda muchísimo recordar que ya casi no recordamos al antiguo amor y que por lo tanto este que ahora nos hacer sufrir también pasará al olvido eventualmente o en el mejor de los casos a un segundo plano.
Lo que se sobrevive nos ayuda a ser más fuertes la próxima vez. ¡Un corazón que ya se recuperó nos ayuda a hacerle frente a los futuros corazones rotos!

¡Quiero escuchar sus historias!... Mientras más compartimos, más aprendemos y más rápido nos curamos del corazón "partío".